ENTRE BAVICA Y ROCINANTE: DE LA GORRONERÍA Y LA SORDIDÉZ

CARACTERES V

Teofrastro

CARTAS

DE PESCADORES, CAMPESINOS, PARÁSITOS Y CORTESANAS.

VII
DE LA GORRONERÍA

La gorronería es, en términos de definición, un menosprecio de la opinión ajena por mor de una ganancia deshonrosa. El gorrón (El que busca una ganancia, sin parar en los medios que son deshonrosos. Tipo humano cuya obsesión es no gastar dinero y acumular bienes.) es un indivíduo capaz, en primer lugar, de ir a pedirle un préstamo a la misma persona a la que ya ha sableado. Luego, tras celebrar un sacrificio en honor de los dioses, acude a cenar a casa ajena, después de haber preparado su carne con sal para conservarla. Una vez allí, habiendo llamado al esclavo que lleva como acompañante, le da un trozo de pan y otro de carne, que previamente ha cogido de la mesa, y le dice: <<Buen provecho Tibio>>, sin que le importe que todos le oigan. Cuando va de compras, le saca a relucir al carnicero algún favor que le ha hecho y, apostado junto a la balanza, deja caer en ella, de preferencia un trozo de carne y, si no, un hueso para el caldo. Si triunfa en su intento, tanto mejor; en caso contrario, coje del mostrador un pedazo de tripa y se aparta de allí en medio de risas. Siempre que adquiere unas localidades de teatro para sus huéspedes, asiste al espectáculo sin entregar su entrada y, de esta manera, al día siguiente lleva a sus hijos y a su preceptor.

De cuantas compras alguien realiza a buen precio él reclama llevar una parte. Si pide un préstamo cebada, o bien paja, después de ir a una casa ajena, exige, además, que le hagan el transporte a domicilio. Igualmente, no tiene empacho de acercarse a las calderas de los baños públicos y, tras sumergir una jarra, verter su contenido desde la cabeza hasta los pies, en medio de las protestas del bañero y, luego, al tiempo que se va de allí puntualiza que ya se ha lavado y: <<Además estoy en paz contigo>>

VIII
DE LA SORDIDEZ

La sordidez es un ahorro excesivo de gastos. El sórdido es un indivíduo dispuesto a presentarse en una casa antes de que finalice el mes para reclamar un semióbolo de interés. Cuando toma parte en una comida a escote, se encarga de contar cuántas copas ha bebido cada uno y él es, de entre clos comensales, quien ofrece elpresente más insignificante en honor a Ártemis. Si alguien, habiéndole comprado unas cuantas cosas a buen precio, pretende cobrárselas, le replica que son superfluas. Si su criado le rompe una olla o una fuente, le descuenta su importe con cargo a su sustento. En caso de que su mujer pierda un tricalco (Moneda que representa una cantidad irrisoria), cambia de sitio los muebles, las camas y las arcas, y escudriña los revistimientos del suelo. Cuando vende algo, lo hace aun precio tal, que no beneficia al comprador. No permite que se tome un higo de su huerto, ni que se pase por su terreno o se recoja una aceituna o un datil de los que yacen caidos por tierra. A diario comprueba si las señales de su propiedad están en su sitio. Está dispuesto a denunciar la morosidad en los pagos y a exigir los intereses de los intereses. cuando ofrece una comida en honor de los miembros de su demo, les sirve la carne entrozos pequeños. Si sale de compras, vuelve sin haber adquirido nada. También le prohibe a su mujer que preste sal, mechas, comino, orégano, granos de cebada, cintas o tortas para los sacrificios, pues afirma que estas cosas sin importancia representan una bonita suma al cabo del año.

[En resumen, se puede observar que los cofres de los sórdidos están enmohecidos y sus llaves oxidadas. Ellos llevan puestos unos mantos que apenas le cubren los muslos, se friccionan con el aceite contenido en unos ungüentarios muy pequeños, se cortan el pelo al rape, permanecen descalzos hasta el medio día y piden a los que le limpian el vestido que le pongan abundante arcilla (se trata de la tierra esméctica o algún otro producto detersivo) para que no se ensucie rápidamente]

Adele