domingo, 31 de octubre de 2021

DE LAS MANÍAS DE GRANDEZA

 



CARACTERES

Teofastro

         CARTAS

                     DE PESCADORES, CAMPESINOS, PARÁSITOS Y CORTESANAS



XV
DE LAS MANÍAS DE GRANDEZA



  Por supuesto, la manía de grandeza parece ser una invención ficticia de bienes inexistentes. El megalómano es un indivíduo de las siguientes características. De pie en el malecon le explica a los extranjeros que tiene mucho dinero invertido en el mar, y les informa de que gran negocio es este tipo de préstamo (los intereses podían elevarse hasta el 30%) y también de sus pérdidas y ganancias. Al tiempo que alardea de esta forma, envía al esclavo al banco, donde tiene una dracma. Es capaz de engañar a su compañero de viaje durante el camino, contandole que participó en una expedición con Alejandro (Magno) y como lo trataba este y cuantas copas con incrustaciones de piedras se trajo. Mantiene que los artesanos de Asia son mejores que los europeos y se expresa en estos términos pomposos, aunque jamás puso los pies fuera de Atenas.

  Asegura que ha recibido por tres veces cartas de Antípatro (Regente de Macedonia tras la muerte de Alejandro) invitandole a visitar macedonia y que, a pesar de haberle sido concedido un permiso de importación de madera exento de impuestos, lo ha rechazado, a fin de no ser acusado por algún conciudadano:



Antípatro


<<Tenían que haber sido más avispados los macedonios>>. Sostiene que, durante la época de escasez, gastó más de cinco talentos (El talento es una unidad monetaria de cálculo equivalente a 6.000 dracmas. Tal vez se pueda ver una alusión al periodo de hambre que sufrió Atenas en torno al año 329 a.C.) en socorrer a los más necesitados de entre sus compatriotas, por ser incapaz de negarse a ello. Sentado en medio de unos desconocidos, le pide a alguno que disponga de las cuentas del ábaco (Constaba de tres columnas, que representarían respectivamente, 1 mina -100 dracmas-, 6 minas -600 dracmas- y el talento -6.000 dracmas o 60 minas). Después de contar por seiscientas dracmas y por minas, y de añadir a cada una de estas partidas unos nombres para que resulten más verosímiles, alcanza la cifra de diez talentos.. Luego aclara que esta suma ha sido cedida por él para préstamos de amigos y puntualiza que no ha incluido los gastos correspondientes a las trieraquias ni cuantas liturgias (Las liturgias eran unas contribuciones satisfechas directamente a la comunidad por parte de los ciudadanos pudientes. Las prestaciones de servicios financieros podían ser de diversos tipos: coregías, trierarquías, etc.) ha sufragado. Se acerca a los que venden los mejores ejemplares de caballos para simular que tiene la intención de comprarlos. Cuando va de tiendas, elije vestidos por un importe de dos talentos y, luego, le riñe al esclavo que le acompaña por no llevar dinero suficiente. Aunque vive en casa de alquiler, él declara aquien no está al corriente que es una propiedad familiar, pero que proyecta venderla por resultarle demasiado pequeña para acoger a sus invitados.




XVI
DE LA ALTANERÍA

  La altanería es un cierto desprecio de todo lo que no es de uno mismo. El altanero es un indivíduo capaz de decirle, a alguien que tiene prisa, que lo recibirá después de la comida., durante el paseo. Según afirma, no se olvida del favor prestado. Mientras se pasea, en su calidad de árbitro, otorga su dictamen a los que sostienen un litigio. Habiéndo sido elegido para un cargo público, renuncia al mismo mediante juramento, alegando que no tiene tiempo. No quiere acercarse a nadie el primero. Suele ordenar a sus proveedores y asalariados que se presenten en su casa al amanecer. Va por las calles sin hablar con las personas que le salen al encuentro: unas veces mira al suelo y otras, cuando le parece, hacia arriba. 

  En el caso de que invite a sus amigos, él no come con ellos, sino que encarga a uno de sus subordinados que los atienda. Cuando se pone en camino, envía por delante a alguien para que anuncie su próxima llegada. No permite que nadie se acerque mientras se unge, se lava o come. Por supuesto, al ajustar las cuentas con otra persona, le orden al esclavo que haga los cálculos, obtenga el importe total y se lo cargue en la cuenta. Cuando redacta una carta, no emplea: <<Me harías un favor>>, sino: <<Quiero que se haga>>, y <<Te he enviado una persona para que me lo traiga>> o <<Procura que esto sea así y no de otra manera>> y <<Rápidamente>>.


Nothing Else Matters 

(NADA MÁS IMPORTA)

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