miércoles, 10 de noviembre de 2021

COBARDÍA Y OLIGARQÍA




CARACTERES

Teofastro

         CARTAS

                     DE PESCADORES, CAMPESINOS, PARÁSITOS Y CORTESANAS



XVII
DE LA COBARDÍA


  En efecto, la cobardía parece ser una cierta deficiencia del espíritu causada por el miedo. El cobarde se comporta de la siguiente manera: en medio de una travesía confunde los promontorios con naves de piratas. Desde el momento que hay marejadilla, investiga si alguno de los pasajeros no está iniciado (La nave podía correr riesgo si alguno de sus tripulantes no se había iniciado en los Misterios de los Cabiros de Samotracia, genios protectores de los navegantes). Al piloto le pregunta, mientras otea el cielo, si la ruta seguida ofrece un buen calado y qué opina del tiempo. A su vecino de asiento le confía que está receloso por causa de un cierto sueño. Tras quitarse  la túnica corta, se la da al esclavo para poder nadar con mayor facilidad, y pide que lo desembarquen.

  En el transcurso de una expedición militar, cuando entra en combate la infantería, llama a todos pidiendo que, permaneciendo a su lado, estén alerta y añade que es difícil discernir cuakes son los enemigos. Al oir el fragor de la lucha y ver los primeros caídos, dice a sus compañeros de armas que se va a coger la espada, pues la dejó olvidada con las prisas. Sale corriendo hacia su tienda y, tras quitar de en medio al esclavo con la excusa que averigüe donde están los adversarios, esconde el arma bajo su almoada y deja pasar mucho tiempo como si estuviera buscándola. Estando aún en la tienda, al ver a uno de sus amigos que lo traen herido, corre hacia él, le da ánimos y ayuda a llevarlo.

  Después le presta los primeros auxilios, le lava la herida y, sentado a su cabecera, le aparta las moscas. En una palabra, hace todo menos luchar contra los enemigos. Cuando el trompta toca generala, él, sentado en la tienda, protesta: <<¡Vete a paseo!>> (¡Vete a los cuervos! en el original). No vas a dejar que este hombre coja el sueño con tanto estruendo.>> Cubierto de una sangre manada de una herida ajena, se hace el encontradizo con los que vuelven del combate y les cuenta, como si hubiese puesto en juego su propia vida: <<He salvado a uno de nuestros amigos.>> Hace venir ante el que está postrado a miembros de su demo y de su tribu para que le vean, y a cada uno de estos les explica que fue él, personalmente, quien lo trajo hasta la tienda con sus propias manos.


XVIII
DE LA OLIGARQÍA



  La oligarquía parece ser un cierto afán de mando que encierra unas aspiraciones de de poder y de riqueza. El oligarca aquí retratado se caracteriza por su espíritu antidemocrático, y se comporta de la siguiente forma. Cuando el pueblo delibera sobre quienes serán los colaboradores del arconte (se trata del arconte epónimo o magistrado encargado de la organización del cortejo celebrado en ocasión de las fiestas de las Grandes Dionisias, que tenían lugar en el mes de Ela febolión (marzo - abril) para organizar la procesión, él, tras subirse a la tribuna, declara que estos deben gozar de plenos poderes necesariamente. Si los demás proponen diez personas, el replicará que: <<Basta con una, con tal de que sea un hombre cabal>> De la obra de Homero recita un único verso -pues ignora el resto- que dice:

"No es bueno el mando de muchos: que uno solo sea el jefe (Ilíada)".
 
  Por supuesto, es capaz de emplear razonamientos oligárquicos como estos:

  <<Conviene que, reuniéndonos entre nosotros mismos, tomemos determinaciones sobre estos asuntos y nos alejemos de  la muchedumbre y del ágora. Pongamos punto final a nuestras participaciones en las magistraturas, y de esta manera también a las críticas y a los honores de esas gentes (Las palabras atribuidas al protagonista son de carácter reaccionario. A través de ellas se propugna abstenerse de la participación en la vida política activa. En este pasaje  se alude también a las distintas pruebas a las que debían someterse los ciudadanos designados para el ejercicio de un cargo público.)>> y <<Es preciso que en esta ciudad habiten sólamente ellos (es decir los demócratas) o nosotros>>

  Después de salir a la calle a eso del mediodía, (Una vez que ha terminado el mercado y el ágora no está abarrotada de público) con el manto colocado hacia atrás con esmero, una media barba y las uñas muy cuidadas, se pasea en dirección del Odeón (Edificio público en el que tenían lugar espectáculos musicales originariamente. Era famoso por sus numerosas columnas.) diciendo frases como estas:

  <<No hay quien viva en la ciudad por culpa de los sicofantas (Acusadores voluntarios y, en cierta medida, profesionales de la calumnia.)>>

  <<En los tribunales sufrimos un pésimo tratamiento por la corrupción existente (Alusión a los jurados populares constituidos por numerosos miembros)>>
<<Me admiro de los que se ocupan de los asuntos públicos. ¿Qué pretenderán?>> o <<Ingrato cometido es el de dar y repartir>>. Le produce disgusto, cuando se sienta junto a alguien esmirriado y con aspecto de pobre. Y se queja diciendo: <<Cuándo se acabarán estas injurias y trierarquías que nos estan llevando a la ruina>> y <<¡Qué abominable es el clan de los demagogos!>>

  Y agrega que Teseo (Según la leyenda, este personaje mítico unificó desde un punto de vista administrativo las doce comunidades originarias en una sola ciudad (sinecismo). Posteriormente fue obligado a abdicar por el pueblo. Teseo era considerado en el siglo IV el introductor de la democracia.) es el culpable de los males que acontecen en la ciudad y que éste recibió su merecido, pues fue la primera víctima, una vez abolida la monarquía, después de haber él concentrado la población de doce ciudades en una sola. 

Teseo lucha con el Minotauro

Estas y otras cosas semejantes comenta con extranjeros y con aquellos de los ciudadanos que piensan y son de las mismas opciones políticas que él.



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George Michael

https://youtu.be/qZ2dM5n31TI



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