martes, 19 de octubre de 2021

DEL ENTROMETIMIENTO, LA TORPEZA Y LA GROSERÍA






CARACTERES IV



       Teofastro

         CARTAS

                     DE PESCADORES, CAMPESINOS, PARÁSITOS Y CORTESANAS




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DEL ENTROMETIMIENTO


Por supuesto, el entrometimiento parece ser en exceso de buena disposición tanto de palabra como de obra. El entrometido es un indivíduo capáz de prometer, tras haberse levantado para hablar en la asamblea, lo que no va a poder cumplir. Cuando se ha reconocido unánimemente que una posición es justa, él, después de haber insistido en algún punto, es refutado. Obliga al esclavo a mezclar más vino del que pueden beberse los invitados presentes. Separa a dos que se están peleando, aunque no los conozca. Se pone a guiar por un atajo y luego no puede encontrar el lugar a donde quiere ir. En el ejército se presenta ante el general para preguntarle cuando se dispone a alinear a sus hombres y cual será el santo y seña de pasado mañana. Se acerca a su padre que su madre duerme ya en la alcoba. Si el médico recomienda que no se le dé vino al enfermo, él, bajo el pretexto de querer llavar a cabo una experiencia, le hace ingerir al paciente una buena cantidad. En el sepulcro de una mujer recién fallecida, hace inscribir el nombre de su marido , el del padre, el de la madre, el de la propia difunta y su lugar de nacimiento. Por si fuera poco, pide grabar también que todos eran personas de bien. En el momento de pronunciar un juramento, aclara a los circunstantes: <<Ya he jurado en otras muchas ocasiones>>


X

DE LA TORPEZA


La torpeza es en términos de definición, una de la mente en palabras y acciones. El torpe, por despistes y distracciones, es un indivíduo tal que, después de hacer sus cálculos y de averiguar el total, le pregunta al que tiene a su lado: <<¿Cual es el resultado?>> A pesar de que es objeto de un proceso y tiene la obligación de asistir, se olvida de ello y se marcha al campo. En el teatro se queda solo por haberse dormido. A causa de una copiosa comida, por la noche cuando se levanta para ir al retrete, es mordido por el perro de su vecino. Tras haber recibido y guardado algo, lo busca más tarde y no consugue encontrarlo. Si alguien le comunica que ha fallecido alguno de sus amigos, para que acuda al entierro, él se entristece y entre lágrimas dice: <<en buena hora.>> Es capaz de reclamar unos testigos, cuando se le paga una deuda. En pleno invierno le riñe al esclavo porque no trajo pepinos del mercado. Rinde de cansancio a sus propios hijos, obligándoles a ejercitarse en la lucha y en la carrera. Cuando en el campo él mismo se cocina un plato de lentejas, le echa sal por dos veces en la olla y deja el guiso incomible. Si llueve, el afirma que llueve... En el caso de que alguien le pregunte: <<¿Cuántos cadáveres han pasado, a tu juicio, por las puertas Erieas>> (Estas puertas conducían al cementerio del Cerámico), él responde: <<Tantos como yo deseo para ti y para mi>>



XI

DE LA GROSERÍA



La grosería es una tosquedad en el trato que se manifiesta vervalmente. El grosero, si alguien le pregunta: <<¿Donde esta Fulano?>>, replica: <<Y a mi qué me importa.>> Cuando se le saluda, no contesta. Si vende algo, no dice a sus compradores el precio que pide, sino que inquiere cuales son las pretensiones del cliente. A los que le dan muestras de estima y le envian algún obsequio con motivo de las fiestas, él objeta que no le resultará regalado. Es incapaáz de perdonar a quien le mancha, le empuja o le pisa involuntariamente. Al amigo que le pide su contribución en un préstamo, primero se la niega y, luego se presenta con ella, afirmando que se trata de un dinero perdido. Si da un tropezón en el camino, se pone a maldecir la piedra. No consiente aguardar a alguien por mucho tiempo. Tampoco accede a cantar, recitar o bailar (El ateniense que había recibido una buena educación estaba preparado para el ejercicio de estas artes; por tanto, se consideraba una incorrección no dar muestras de sus conocimientos y habilidad en estos sectores desde una óptica convivencial.) E, incluso, se atreve a implorar a los dioses (En esta actitud se subraya la falta de elegancia espiritual y de buenos modales con respecto a la divinidad.)




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